Antes de comenzar a hablar sobre el cultivo hidropónico el primer paso será decir qué es exactamente la Hidroponia. Pues bien, como su propio nombre indica, ya que hidro es agua y ponia es trabajo se trata de un tipo de cultivo que trabaja con el agua.
En concreto es un sistema de cultivo que consiste en que las raíces de las plantas crezcan y se desarrollen sujetas a un medio o sustrato inerte, de tal modo que su hidratación y alimentación irán sujetas a una solución nutriente.
Entre las ventajas de los cultivos de estas características cabe señalar que se trata de un tipo de cultivos cuyos resultados son mucho más rápidos, mucho más abundantes a pesar de tener menos raíces y también más higiénicos, además de ser menos propensos a sufrir ciertas plagas.
Dentro de los cultivos hidropónicos existen diferentes variantes entre las que destacan por ejemplo la conocida bajo el nombre de NFK. Este tipo de plantación consiste en que la solución circule por un tubo que va un poco inclinado, de tal modo que fluya el líquido con total normalidad. Este tipo de variantes tiene sus raíces dentro del tubo o en su defecto en el interior de las macetas. De este modo, el agua que se va drenando acaba en el contenedor que portó el agua.
Por otro lado, dentro de los cultivos de estas características también cabe destacar la variante aereoponia. Esta versión crea un rocío dentro del contenedor en el que se encuentran las raíces. Todo ello es posible gracias a una bomba de agua y a microaspersores.
Por otra parte el cultivo aquapónico es otra de las variedades que encontrarás. Este tipo de variantes permite cualquier sistema de hidroponía, ya que lo que lo diferencia del resto es que el contenedor que porta la solución nutriente es un acuario de peces que generan fertilizantes orgánicos.