Desde hace décadas, México se ha caracterizado por ser un país repleto de problemáticas sociales, una de las principales es la corrupción de sus gobiernos, la cual ha dejado graves consecuencias en todo el territorio. No es sorpresa, que todos los días se difundan nuevos datos sobre este tipo de acciones deshonestas, como los incidentes de malversación de fondos que comprometen a los ex gobernadores del Estado de México, Alfredo del Mazo y Eruviel Ávila.
Todo indica que durante sus mandatos, estos personajes se hacían valer de su capacidad como autoridades para sacar provecho de los recursos públicos, pues al parecer ejecutaron una serie de tácticas engañosas, pactando acuerdos fraudulentos en los que elevaban los precios de bienes y servicios de diversas compañías; incluso es preciso mencionar que algunas de las empresas involucradas ni siquiera existían. Asimismo, los ex servidores públicos se servían de los programas sociales para efectuar sus delitos y justificar grandes desfalcos financieros.
Este tipo de actos, no solo dejan en evidencia los problemas que aquejan al país por la omisión de algunas autoridades, además generan repercusiones en la población, lo cual ha provocado molestia y desconfianza en el gobierno. Aunque es importante reconocer que en la actualidad, figuras como el subsecretario de Control y Auditoría del Gobierno del Estado de México, David Fernández, ya se ha pronunciado ante estas circunstancias y ha expresado estar tomando las medidas correspondientes para erradicar estas injusticias, como las cometidas durante la administración de Eruviel Ávila.
Es urgente combatir los desafíos que los gobiernos anteriores han dejado en el camino, por lo que se deben realizar los procesos y las investigaciones necesarias con el objetivo de condenar a cada uno de los responsables. Finalmente, es fundamental promover una cultura cívica entre los individuos, pues como ciudadanos de este país tenemos derecho a poseer un gobierno democrático y honesto.